Ilustración de Felip Ariza para Diario Sur

Las renovables, motor económico y social

Celebramos este año el vigésimo aniversario de la creación de la Asociación de Energías Renovables de Andalucía. En su origen, esta asociación agrupaba a los promotores que en aquellos momentos trataban de sacar adelante sus proyectos de energía eólica (fundamentalmente) y solar en la que se prometía como una década importante para el despegue definitivo de un sector que había empezado a dar pasos importantes a finales del siglo XX. Hoy en día, la asociación, bajo las siglas de CLANER (que como tal celebra su décimo aniversario), aglutina a más de 140 entidades que incluyen además centros tecnológicos, universidades, ingeniería, consultorías, despachos de abogados, entidades financieras, etc. y que, por lo tanto, representa fielmente a todo el sector renovable andaluz. Y, como hace 20 años, asiste de nuevo al nacimiento de una década muy importante para el crecimiento de la energía verde (ahora fundamentalmente solar) en nuestra región.  Pero entre estos dos momentos han pasado muchas cosas. Algunas buenas y otras, desgraciadamente, no tanto. Ese inicio del nuevo siglo XXI que comentábamos antes culminó con el desarrollo de lo que se llamaron ZEDEs eólicas, zonas de evacuación en la que se concentraron los promotores de parques eólicos para desarrollar sus proyectos y así vimos cómo a lo largo de nuestra geografía (La Janda, Tarifa, Guadalteba, Andévalo, Hueneja…) los aerogeneradores se convertían en un elemento más de nuestro paisaje. A finales de 2010 teníamos instalados más de 3.000 MW eólicos, frente a los escasos 150 al inicio del siglo. 

Pero a finales de la primera década del dos milse empieza a producir en nuestro país una serie de vaivenes legislativos que llevarían finalmente al letargo de nuestro sector. En primer lugar, la regulación sobre las primas de las instalaciones fotovoltaicas produce un boom del sector que hace que en 2008 nuestra región multiplique por 10 la potencia instalada, hasta los 663 MW, para luego producirse un frenazo en los siguientes años. Frenazo que llega también al sector eólico mediante la supuesta ordenación y calendarización de los proyectos que frustra el primero de los concursos que se convocan en Andalucía.  

Esa ordenación nos cogió a pie cambiado en Andalucía excepto en el sector termosolar que se había desarrollado lentamente en los primeros años del siglo XX y que tuvo su eclosión de 2010 a 2012 alcanzando los casi 1.000 MW que nos sitúan como líderes a nivel nacional. Después de eso, 10 años más tarde, no se ha vuelto a instalar ni una sola planta más. Precisamente en 2012 se termina por completar lo que de facto se convierte en una moratoria de desarrollo renovable en España y por ende en Andalucía. Se frustra así el segundo concurso eólico y Andalucía pierde una gran oportunidad de desarrollo. Entramos en un quinquenio oscuro para nuestro sector: el apagón de las renovables. 

Pero llegan las luces y en 2016 y 2017 se convocan las primeras subastas que había previsto la Ley del Sector Eléctrico y el RD 436/2014 que aplica a las fuentes de generación a partir de energías renovables. Entre todas ellas, se ponen en juego cerca de 10.000 MW y provocan una reactivación del sector que lleva a un aumento de la potencia instalada como no se conocía en la última década; aunque todavía insuficiente para cumplir con la senda que marca el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la hoja de ruta del Gobierno para alcanzar los objetivos europeos en materia de lucha contra el Cambio Climático. No obstante el resultado es demoledor: sólo en Andalucía se crece desde 2018 hasta 2021 en casi 3.000 MW, lo mismo que los diez años anteriores.  Y, si hablamos de autoconsumo, en el último año se ha crecido en más de 1 GW, una cifra impensable hace un lustro cuando todavía discutíamos sobre el llamado impuesto al sol. 

En 2021 se reactivan las subastas, aunque con un formato diferente, donde se prima el precio por encima de la potencia y la energía generada, y  que, hasta ahora, en dos convocatorias correspondientes a 2020 y 2021, ha adjudicado más de 6.000 MW a un precio en la horquilla de los 25-30 €/MWh, lo cual demuestra a las claras cual sería la cuantía de los precios del mercado eléctrico hoy en día si no hubiéramos parado de forma abrupta el crecimiento de las energías renovables. 

Pero dejemos de mirar al pasado y contemplemos el futuro. Una década prodigiosa en la que el PNIEC contempla un crecimiento por encima de los 50.000 MW en el conjunto de España. Las autoridades andaluzas ya han expresado su intención de que nuestra región congregue algo menos de la mitad de toda esa potencia. Pero para ello hay que dedicar recursos. La avalancha de proyectos nos ha pillado con el paso cambiado, con estructuras que podían dar respuesta a los proyectos de hace 5 ó 10 años, pero no al número de solicitudes actuales, que además están sometidas a un cumplimiento de hitos administrativos que hacen necesaria una tramitación ágil a la vez que segura y con todas las garantías. 

Eso sí, ahora no podemos hablar de ‘boom’ sino de un número elevado de proyectos que han estado dormidos debido a la coyuntura legislativa. Desde CLANER queremos concienciar a la sociedad de que sólo hay una manera eficaz de luchar contra las consecuencias del cambio climático y es abasteciéndonos de energía limpia y no contaminante. Y hacemos esto porque la pedagogía en estos asuntos es fundamental. No se trata de construir instalaciones sin respetar las leyes medioambientales (por citar las más mediáticas), ni acabar con cultivos tradicionales ni con la ‘España rural’. Hay que explicar que las instalaciones se construyen respetando la legislación, con multitud de estudios previos, trámites, informes; que se sustituyen cultivos para potenciarlos en otros lugares que de otra forma se perderían, y que se crea empleo y riqueza local ligada al terreno para evitar la despoblación. Es el cambio climático el que amenaza nuestros campos, nuestra biodiversidad y el mundo rural como lo conocemos ahora. Y las energías renovables son el único camino posible para atajar sus efectos. Brindemos por los próximos 20 años.

Artículo de Alfonso Vargas Vázquez, Presidentede la Asociación de Energías Renovables de Andalucía (Claner).
Ilustración de Felip Ariza para Diario Sur.
Publicado por Diario SurPublicación original

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